viernes, 18 de mayo de 2012

LOS ALFILERES



OTROS NOMBRES: LOS BONIS, ALFILERES DE COLORES.

NÚMERO DE PARTICIPANTES: Entre 2 y 10.
CUÁNDO SE JUGABA: Todo el año.
OBJETOS QUE SE UTILIZAN: Alfileres con las cabezas de colores, acericos de
papel de periódico o de colores y piedras.
¿ACOMPAÑADO DE CANCIÓN?: No.


VARIANTES:
~ Cada participante deposita el mismo número de
alfileres sobre una superficie lisa. Con el dedo se
lanza uno de los alfileres sobre los demás, y si queda
‘cruzado’ sobre otros, los gana.
En este caso, era costumbre doblar la punta de los
alfileres para dificultar el movimiento.
~ Cada participante apoya la mano sobre los
alfileres, y los que se quedan pegados pasan a ser de
su propiedad.
~ Se deja caer un puñado de alfileres y se van
sacando sin que el montón se derrumbe.
~ Se levanta un montón de arena de unos veinte
centímetros de altura en el que se entierran los
alfileres. Desde una distancia pactada se lanza una
piedra. Los alfileres que salen a la superficie pasan
a ser de quien ha lanzado la piedra.
.
¿CÓMO JUGAR?
~ Se coloca un alfiler en el centro de un círculo, con la punta de otro
alfiler debajo. Con el dedo se da en la cabeza del alfiler y si se consigue
que el otro salte fuera del círculo, la/el jugadora/or se queda con él.
~ Porra y tapia: Se esconden dos alfileres en el puño. Si tienen la cabeza
en el mismo sentido es “porra”, si están en sentido contrario es “tapia”.
El juego consiste en adivinarlo. Hay dos versiones para el final del
juego. En la primera, cada color de las cabezas de los alfileres tiene una
puntuación y será ganadora/or quien más puntos obtenga. En la otra,
gana quien consiga el mayor número de alfileres.

TESTIMONIOS:
“Los bonis eran alfileres bonitos. Los otros eran
transparentes.” (Testimonio recogido en el distrito
de Tetuán).
“A mí, a ‘lo del montón’ me gustaba más jugar
con los chicos porque lo hacían con más fuerza y
los desenterraban mejor.” (Testimonio recogido
en el distrito de Salamanca).
“Mi acerico era la envidia de mis amigas. Era un
auténtico arco iris de colores.” (Testimonio recogido
en el distrito de Chamartín).

ANÉCDOTAS:
Las propias niñas fabricaban los acericos con papel de
periódico, doblándolo en diferentes formas. Siempre
había colores que estaban mejor considerados y se
disputaban más. Se trata de uno de los juegos mayor
peso en la memoria de las mujeres madrileñas.


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